Sin apenas pausa tras nuestro querido torneo San Miguel,
comenzó la Copa de Asturias 2023. En los últimos años esta competición tiene un “encaje” un tanto singular en el calendario y nunca está claro cuando jugarla. Creo que hay jugadores y equipos a los que les encanta y a otros no les gusta demasiado. En esta edición varias eliminatorias se disputan de sábado, pero las semis y la final se jugarán en domingo, con el Cto. de Asturias Individual ya en marcha, un tanto raro.
El
Valdesva participa con un equipo, para un total de 31 conjuntos en liza. Recordamos que la Copa se juega por equipos de 4 tableros, a ritmo lento (90+30), en formato eliminatorio: si vences el encuentro sigues y sino no juegas más. En caso de empate a 2 en el encuentro, se debe jugar un desempate a continuación a ritmo relámpago (3+2) entre los equipos para dirimir quien pasa de ronda.
En 16avos de final nos tocó viajar hasta Gijón para medirnos al compacto equipo del Alfil. Aunque es cierto que no alinearon a sus “teóricos” mejores jugadores, en general hicieron buenas partidas en todos los tableros. No obstante, a
l final la victoria fue nuestra con contundencia por 0,5 a 3,5 puntos.
El primero en terminar fue
Julio, que jugó con blancas su sistema Londres frente a Mario. Tras una apertura bastante estándar y el cambio de un par de piezas menores, la posición parecía igualada. Tras otro cambio de alfil blanco por caballo negro, Julio ganó un peón central y tomó ventaja. Pero entonces quiso simplificar damas demasiado rápido y, aunque a cambio de otro peón, perdió una calidad. En un final de torre y caballo blancos contra dos torres negras, Julio jugó bien y creó dos peones pasados en “c” y “d” que apoyados por el caballo fueron avanzando, mientras la torre blanca defendía la segunda fila. Ya sabemos que dos peones pasados contra las torres hacen mucho daño y Mario no pudo frenarlos. Los peones caminaron hasta c6 y d7 y con las torres atadas a la defensa, el blanco dio un doble, momento en que
Mario abandonó. Nuestro jugador iba a recuperar la calidad y a promocionar dama en pocas jugadas más. Casi a continuación
conseguimos otra victoria, esta vez fue José Alberto. También de blancas, se planteó una Trompowsky y tras capturar el alfil de g5 al caballo de f6, la posición del negro era cómoda y con el control de la casilla e4. Álvaro estaba cómodo y José Alberto jugaba casi al toque. Se cambiaron sucesivamente todas las piezas menores y a continuación las damas, para llegar a un final igualado de torres. Ahí fue dónde el blanco empezó a apretar poco a poco. Centralización del monarca y tras abrir la columna “a”, una torre blanca se infiltró en la posición negra y capturó el peón de b. Nuestro jugador siguió jugando muy rápido. Tras intercambiar un par de peones, una torre negra fue la que llegó al flanco de rey blanco y dio varios jaques. José Alberto mantuvo la calma y fue avanzando su peón pasado de “e”. Consiguió doblar torres en séptima, ganar otro peón y cuando se iba a cambiar un par de torres, más allá de la jugada 60,
Álvaro se rindió.
En la mesa 3,
Marcos jugaba contra la italiana de Verónica. Como suele ser habitual, la apertura fue extraña, aunque el negro consiguió sacar todas sus piezas menores y enrocarse, teniendo una posición confortable. Pero como casi siempre, pronto centró su mirada en atacar al rey blanco. Avanzó con f5 y quiso pasar la torre por la sexta. Verónica cambió un par de piezas y parecía tener la situación bastante controlada, incluso con todas las piezas mayores sobre el tablero y un caballo por bando, además de 7 peones. El negro insistió, llevó una torre a la columna abierta “h”, luego la dama al flanco de rey y también el caballo. Tras una imprecisión de la jugadora local, Marcos ya tenía la iniciativa y con una pequeña combinación, ganó una torre y siguió atacando. El resto ya fue más sencillo y la partida
terminó en jaque mate en la jugada 39. Con la victoria en la mano, restaba la partida de
Manuel Alejandro en la mesa 1. La partida fue muy igualada de principio a fin y terminó con el resultado más lógico, el empate. Tras una inglesa, en un desarrollo convencional, el negro puso todas sus piezas en juego y rompió en el ala de dama con b5. Francisco defendió bien y la acción giró al centro del tablero, dónde el blanco tenía algo más de espacio. Tras una secuencia de cambios, se llegó a un final de dos torres por jugador y alfiles de diferente color. Curiosamente, primero nuestro jugador sacrificó la calidad y a continuación el jugador local hizo lo propio, para llegar a un final puro de torres, con 5 peones por jugador. Ambos jugadores siguieron intentándolo, pero tras varias maniobras en un final conocido con altas opciones de empate,
se firmó la paz.
En octavos de final recibimos en Trevías al conjunto del San Juan Bautista, el club de Cangas del Narcea. A ver si podemos continuar en la copa. ¡Aúpa!
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