Por cortesía de Emma Pérez del Río (Entrenadora de Ciclismo)
Hay que distinguir entre los niños que practican el deporte por afición (llamado deporte recreativo) a los que lo practican ya con nivel competitivo. El problema es definir la raya que separa ambos segmentos, el deporte escolar aunque en teoría es recreativo es cada vez más competitivo.
El psicólogo Esqueda, Arika nos propone un Decálogo para ayudar a los padres de hijos deportistas:
1.Acompaña al su hijo a la mayoría de los entrenamientos.
2.Deja que el entrenador se encargue de la educación
deportiva del hijo, si no le parece que el entrenador es la mejor persona, busca otro club otra actividad.
3.Sugiere, mas no corrige a su hijo si tienen un error, salvo
que sea su entrenador (en este caso el rol es de entrenador no de padre).
4.Apoya incondicionalmente a su hijo gane o pierda,
haciéndole ver sus aciertos cuando gana, y mostrándole en donde puede mejorar si pierde.
5.Nunca cuestiona los métodos de entrenamiento ni la habilidad del entrenador delante del hijo.
6.solo se involucra en la practica del hijo (fuera del
entrenamiento) si el hijo se lo solicita.
7. Estar atento a las necesidades del hijo y del equipo
facilitando recursos que se puedan requerir, como por ejemplo,
si el entrenador solicita ayuda, la presta; si necesitan agua el la
proporciona, etc. Siempre y cuando se le solicite, o exista una necesidad.
8.Alienta a su hijo en las competiciones, de forma mesurada, sin ser muy efusivo o nada efusivo, así como a los miembros del equipo.
9. No exige resultados a su hijo, pero si lo alienta a que
siempre de su máximo esfuerzo en las tareas diarias que se le encomiendan.
10. amar a su hijo sobre todas las cosas.
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